Will Howard, quarterback formado en Kansas State y Ohio State, fue seleccionado por los Pittsburgh Steelers en la sexta ronda del Draft 2025. Nacido en Downingtown, Pensilvania, Howard no ha ocultado que vestir el negro y dorado representa más que un logro profesional: es la realización de un anhelo profundo.
Trayectoria universitaria y explosión en Ohio State
Howard inició su carrera en Kansas State, donde acumuló 5,768 yardas aéreas y 48 touchdowns en 34 partidos. En 2024 se transfirió a Ohio State, una decisión clave. Bajo los focos del programa más mediático del país, completó más de 4,000 yardas, lanzó 35 touchdowns y lideró a los Buckeyes al título nacional del College Football Playoff.
En los cuatro partidos de playoffs, lanzó para 1,150 yardas, 8 touchdowns y solo 2 intercepciones. Su rendimiento en los momentos críticos fue lo que más pesó en su evaluación profesional.
Un deseo mutuo
Durante el proceso previo al draft, Howard expresó abiertamente su deseo de jugar en Pittsburgh. En el documental de ESPN Hey Rookie: Welcome to the NFL, fue captado casi suplicando ser elegido por los Steelers. Su deseo se concretó en la sexta ronda, como pick 185. “Tenía un lugar especial en el corazón reservado para Pittsburgh. Cuando llegó el momento, estaba rezando para que fueran ellos”, declaró.
La conexión entre jugador y franquicia se había empezado a forjar semanas antes, durante el Pro Day de Ohio State. Varios miembros del cuerpo técnico y de la gerencia viajaron para observarlo en persona. Más allá de sus habilidades técnicas, evaluaron su liderazgo, interacción con compañeros y comportamiento bajo presión. Howard dejó una impresión excelente.
Primer contacto con Pittsburgh
Desde su llegada a la ciudad, Howard ha sido bien recibido tanto por la afición como por la organización. Asistió a un partido de los Pirates con su compañero Jack Sawyer, visitó el Strip District y el icónico Primanti Bros.. Además, fue invitado personalmente por Ben Roethlisberger a su pódcast Footbahlin, un gesto poco habitual para un pick de sexta ronda.
“Estoy en casa”, dijo Howard. “Vine conduciendo desde West Chester. Cuatro horas, sin problema. Mi familia está cerca. Todo esto me resulta familiar”.
Palabras desde el minicampamento
En su primera comparecencia ante los medios tras el minicamp de novatos, Howard se mostró humilde y realista sobre su posición:
“Quiero aprender, mejorar y absorber todo lo que pueda. Soy un rookie. No sé lo que no sé”.
Pese a competir con nombres más establecidos como Mason Rudolph, y con la posible llegada de Aaron Rodgers aún en el aire, Howard no se distrae con escenarios hipotéticos:
“Soy una persona orientada al proceso. No miro más allá. Me concentro en mejorar cada día y en aprender el sistema ofensivo”.
Howard también se refirió a su pasado universitario y a cómo lo ha preparado para este momento:
“Lo que viví en mi carrera me enseñó mucho. Cargué con adversidad, supe volver más fuerte y eso me acompaña. Llevo una espina clavada, y me gusta jugar así: con determinación y dureza. Eso es Pittsburgh”.
Una oportunidad real
Los Steelers han tenido cinco mariscales titulares desde el retiro de Ben Roethlisberger en 2021, sin una solución clara. La llegada de Howard ofrece al menos una alternativa con proyección.
Aunque las probabilidades históricas de que un quarterback seleccionado después de la quinta ronda tenga éxito son bajas, nombres como Tom Brady, Marc Bulger, Ryan Fitzpatrick o Gardner Minshew recuerdan que el talento no siempre se mide por el orden del draft.
Howard lo sabe:
“Estar en la NFL significa que cada día estás luchando por tu puesto. Esto es un negocio. Yo ya viví lo difícil que es llegar hasta aquí. No me pienso relajar”.
Conclusión
Will Howard representa una de esas apuestas que combinan narrativa, talento y mentalidad. La ciudad de Pittsburgh ha encontrado en él a un jugador comprometido, y él ha encontrado una ciudad que refleja sus propios valores.
El camino será largo y exigente, pero su enfoque disciplinado y su voluntad de aprender lo colocan en una posición inmejorable para aprovechar la oportunidad. En el mejor de los casos, puede ser mucho más que una historia entrañable: puede ser el próximo líder bajo centro en la era post-Roethlisberger.