“Un viaje inesperado”, así se tituló la primera entrega de la trilogía cinematográfica de “El Hobbit”. Y así he titulado yo este artículo, la epopeya de lo que fue la foto oficial de fans de Steelers en Madrid, el pasado 5 de septiembre.
No fueron trece enanos los que tocaron a mi puerta aquella mañana de sábado, pero sí un mago, y no se llamaba Gandalf, sino Wane. Comenzamos el viaje desde la comarca, perdón, desde Albacete. Hasta mi hogar se desplazó Wane, y junto con mi mejor escudero, mi buen amigo Perete, nos pusimos en marcha hacía Madrid.
Un giro del destino nos desplazó de la ruta original, y cambiamos el rumbo hasta Alcalá de Henares, dónde un gran guerrero nos acogió y nos acompañó hasta la taberna del lugar (El brasero de Rusty) dónde comimos como hambrientos hobbits que somos. Renacidos tras la ingente cantidad de carne que nos echamos al estómago, seguimos nuestro camino hasta la capital del reino, Madrid.
En la ribera del Manzanares encontramos nuestra estancia, y pudimos dejar el vehículo justo en la puerta, sin preocuparnos mucho el hecho de que el coche contiguo al nuestro había ardido días atrás, y allí seguía, casi carbonizado. Los seguidores del acero no conocen el miedo.
Nos pertrechamos como es debido y fuimos a hacer un reconocimiento de la zona dónde tendría lugar la foto el domingo por la mañana. Lo que a vista de pájaro parecían 5 min. se convirtió en una caminata digna de la comunidad del anillo, pero al fin alcanzamos el Auditorio del Parque Enrique Tierno Galván, imponente, en sus gradas construidas en hormigón y cubiertas de césped tiene capacidad para unas 10.000 personas, creímos que serviría para nuestro objetivo, y nos fuimos.
Se rumoreaba que la Steelers Nation había llegado a la ciudad, y el nerviosismo se palpaba en el ambiente.
Fuimos directos al corazón de Madrid, en busca de un guerrero norteño, conocido como Puño de Acero. Hizo su aparición estelar vestido de negro y oro, para nuestro regocijo, y acompañado de su pareja. Marcos y Ángela se unían a nuestro peculiar grupo, y por fin empezamos a disfrutar a lo grande de lo que la capital nos ofrecía. Tomé el mando de la expedición para conducir a nuestra tribu a mi museo favorito de Madrid… El Museo del Jamón. De nuevo comimos, bebimos y nos reímos sin parar. Mahoulisberger salió de mi mochila hasta la botella de cerveza, y nos acompañó el resto del viaje, como mascota oficial del fin de semana.
Una buena terraza, unas buenas copas, y una buena charla fueron la continuación. Wane me eligió a Antonio Brown en un draft de fantasy, y de nuevo miles de carcajadas. Una noche mágica, con gente de otro planeta. Nos hubiésemos quedado por allí hasta horas intempestivas, pero las restricciones por el Covid nos privaron de alargar la noche.
Aun así, los tres mosqueteros tuvimos tiempo de tomar una cerveza en un parque cerca de hotel, dónde Perete nos demostró sus cualidades innatas para el parkour.
Nos fuimos a la cama, nos peleamos con las sábanas y descansamos lo que pudimos a la espera del gran momento. La cita era a las 10:30 h de la mañana, y allí acudimos raudos e ilusionados. La primera vez que organizábamos tal evento en Madrid, los nervios estaban a flor de piel.
Y cuando estábamos llegando al parque, nos encontramos de nuevo a Marcos y Ángela, que acudieron puntuales a la cita. Mi corazón se paró por un instante, no había nadie… pero pronto empezaron a llegar, en un goteo constante. A Raúl Cancio lo reconocí enseguida, cuando vi desde lejos el número 58 de Jack Lambert. Otro del staff de Cortina de Acero que apareció fue David Kowe que, como buen coach, nos enseñó como debíamos de lanzar el balón correctamente. Por cierto, Raúl y Marcos tienen buenas manos, ya teníamos a los dos WR del equipo, nada que envidiar a la dupla Swann-Stallworth. Wane se parecía más a Eric Ebron…
Habíamos prendido las almenas, y la Steelers Nation acudió a la llamada. Pronto estuvimos un buen grupo de amigos, hablando de lo que más nos gusta, lanzándonos el balón, y pasando un rato glorioso. La foto era lo de menos, hasta que alguien dijo “que yo me tengo que ir”, y nos pusimos al lío, no sin dificultades técnicas. Una señora que pasaba por allí fue nuestra fotógrafa, y se llevó la primera ovación de la Steelers Nation de la temporada 2021/22.
Con los deberes hechos, continuamos con nuestra charleta, a la sombra de un bonito árbol, hasta que alguien dijo “vamos a echar una cerveza”, y nos pusimos al lío. De nuevo, una temporada más, Mahoulisberger salió de la mochila hasta la botella de cerveza. Compartí mi colección de cards de Steelers con los asistentes, que me lo agradecieron con una sonrisa sincera, y seguimos con nuestras charlas de football, y con la promesa de ver un partido juntos, dónde fuera, e incluso soñamos con un partido en Heinz field, algún día…
Nos despedimos con afecto, hermanados, con una sonrisa en el rostro, como si en el auditorio hubiésemos acabado con el dragón Smaug (más fácilmente que Bilbo y sus amigos, nosotros tenemos seis anillos…).
Ya sólo quedamos unos cuantos de Cortina de Acero, que nos fuimos a comer junto a nuestro gran Pepe, que no llegó a tiempo para la foto, pero corrió a nuestros brazos en cuanto pudo. La taberna donde nos acogieron fue “el Tigre”, y allí terminó nuestro periplo por la capital.
No nos olvidamos de nuestros compañeros Cedric, Alejandro y Edu, que no pudieron acompañarnos, al menos físicamente, pero los tuvimos en mente todo el tiempo. Yo tuve la suerte de estar con Cedric la semana anterior, en el último partido de la temporada para los Barcelona Dragons, otro gran viaje, que ya contaré en otra ocasión.
En definitiva, un viaje inesperado, que espero que se repita todos los años, y se convierta en un lugar de encuentro anual de la steelers nation de España.
No me quiero olvidar de nuestros compañeros de Barcelona que, capitaneados por José Luis, nos ayudaron mucho en la promoción del evento y sé que lo pasaron igual de bien que nosotros en la ciudad condal.
Ya de vuelta en la comarca, quiero dar las gracias a los organizadores a nivel mundial de la foto oficial de fans de Steelers, y en especial a Guillermo, por invitarnos a este evento planetario y ofrecernos su apoyo. Hacen un trabajo titánico.
También quiero dar las gracias de corazón a todos los asistentes, fue emotivo conocernos en persona y pasar un rato inolvidable con vosotros.
Nos vemos el año que viene… o antes.
“Que el viento bajo las alas os sostenga allá donde el sol navega y la luna camina”.
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