Justo cuando Kenny Pickett era acompañado hasta la caseta azul para ser examinado por una posible conmoción sufrida en el partido contra Tampa, me acordé de una puja pendiente en eBay, de un jersey firmado por Merril Hoge (de momento es mío). Y muchos os preguntaréis porqué me vino a la cabeza. Me veo pues, obligado a escribir unas líneas al respecto.
Al final del draft de 1987, los Steelers seleccionaron al corredor de la Estatal de Idaho, Merril Hoge. El cual creyó que nadie lo iba a elegir:
“Si tuvieran que elegir quien tuvo el peor desempeño en una combine, yo estaría entre los diez primeros. Tuve gripe cuatro días antes y perdí 20 libras”.
“Creo que no atrapé ni una pelota… me dicen que gire y la atrape, me giro y me golpea en la cara. Me quedo con la visión borrosa, me tropiezo y otra pelota me golpea de nuevo”.
Merril jugó para Pittsburgh desde 1987 hasta 1993.
En 1994, su octavo año en la NFL, firmó con los Chicago Bears.
Durante un partido contra los Kansas City Chiefs, Hoge sufrió una conmoción cerebral, y tan sólo 5 días después, el médico del equipo le aprobó para volver a jugar, a través de una llamada telefónica, y sin examinarlo para determinar si se había recuperado. Pero era obvio que todavía sufría síntomas posteriores a la conmoción cerebral. En palabras de Hoge: “Fue ridículo”.
Pocas semanas después sufrió su segunda conmoción cerebral, Hoge se acostó en una mesa de entrenamiento en el vestuario de los Chicago Bears. Ahí es donde su corazón se detuvo…
Dejo que Hoge os lo cuente:
«Esto es lo que la gente no sabe y nunca ve. Me llevan a la sala de entrenamiento, donde morí. Me quedé plano. Mi corazón se detuvo. Comenzaron las técnicas de reanimación para tratar de resucitarme, y comencé a respirar de nuevo”.
«Me llevaron de urgencia a la sala de emergencias. Estuve en la UCI durante dos días. Fue después de eso que básicamente estuve atrapado en mi casa durante seis semanas”.
«No podías llevarme alrededor de la manzana porque no podía encontrar el camino a casa porque no tenía las habilidades cognitivas. Tuve que aprender a leer de nuevo. De hecho, meses después, si me hubieras sentado para tomar un inventario del día, no sabría recitarte eso”.
«Hubo muchos problemas cognitivos con los que traté que me llevó más de dos años superar”.
El neurocirujano Joseph Maroon, del equipo médico de los Steelers, había establecido una línea de trabajo para evaluar los efectos cognitivos de las conmociones cerebrales, por lo que Hoge acudió a él cuando continuó experimentando un claro deterioro cognitivo. El equipo de Maroon encontró una “disparidad marcada” e informaron a Hoge de que otra conmoción cerebral podría provocar un daño cerebral permanente. Hoge decidió dejarlo.
La carrera de Hoge había terminado, y poco después demandó al equipo médico de los Chicago Bears. Ganó una demanda de 1,55 millones de dólares.
En 1996, Hoge fue contratado como analista por la ESPN, donde se haría famoso por sus corbatas y por ser muy crítico con ciertos jugadores. Lo fue hasta 2017.
Las luces brillantes del estudio a veces le causaban dolores de cabeza. Y es que las conmociones cerebrales pueden dejarte huella para siempre, como ya ha sido demostrado.
Mike Tomlin ya ha dicho que si Kenny es dado de alta del protocolo de conmociones, lo va a poner de titular… Os dejo una última reflexión de Hoge, que lanzó a raíz de la conmoción cerebral sufrida por Tim Tebow:
“¿Qué es una semana más (sentado en el banquillo) cuando estás hablando del resto de tu vida?”
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