Cuando te preguntan como te has hecho aficionado de un equipo de fútbol (soccer), siempre suele ser por los mismos motivos. Normalmente la familia, localización y amistades te hacen ser fan de tal o cuál equipo. Al hablar de un equipo de NFL y viviendo en Europa, por lo general, la película cambia totalmente.
En mi caso fue pura y mera casualidad. Sin saber quien era John Madden, me vi un día jugando a su juego, el Madden 06. Si conocía la NFL por una mítica película de mi infancia, Ace Ventura, donde salía el gran Dan Marino y sus Miami Dolphins. Lo primero que me tocó elegir fue al equipo que seguir. Fui pasando equipo por equipo, hasta que un uniforme me gustó especialmente. Sus colores negro y amarillo me enamoraron, en ese momento no sabía que serían mis colores para siempre.
Después de unos cuantos partidos luchando para entender en cierta manera la mecánica del juego, como funcionaban todos los botones, tanto en ataque como en defensa, me dispuse a jugar una temporada entera. Mientras se desarrollaba la misma fui quedándome con nombres, sobre todo de ataque. Me aprendí el complicado nombre del QB, que casi no le entraba en la camiseta. Sin embargo, mi jugador favorito era el número 86. Ganas encuentros gracias a él, bates récords estadísticos que son para ti como mecánica cuántica e incluso, consigues una cosa llamada Super Bowl. Juegas varias temporadas más y poco a poco, te vas haciendo más entendido de este deporte, o por lo menos, a mi modo de entender. Básicamente entiendes más que cualquier persona de tu entorno. Compré mi primera camiseta de Big Ben por internet, pero no seguía de manera constante la liga, ya que por aquella época era difícil de seguir en España.
Hasta que llega tu momento álgido como aficionado, tu equipo llega a la ansiada final, la ves por internet después de luchar mucho para encontrarla, retransmitida en inglés, idioma que, por desgracia, no entiendes mucho. Aunque este detalle no te impide disfrutar del partido, lo estas viendo a la vez que tu único amigo conocedor de este deporte que, coincidencias de la vida, es de los Green Bay Packers.
El encuentro comenzó con el sorteo de campos habitual y toda la parafernalia previa a un acontecimiento de tal índole. El primer cuarto fue bastante disputado, a falta de 3:44 Aaron Rodgers conecto un pase de 35 yardas para Jordy Nelson. A falta de 3:23, Big Ben lanzó una intercepción retornada para touchdown. El segundo cuarto fue marcado por sendas lesiones de WR importantes, hasta que a falta de 2:28, Aaron volvió a conectar un pase de 30 yardas, esta vez para G.Jennings. El partido parecía sentenciado, pero nada más lejos de la realidad, esto hizo despertar a los de Pittsburgh, a falta de 39 segundos apareció el número 86 para acortar distancia antes del show del descanso.
El tercer cuarto empezó con una anotación rápida de los Steelers para ajustar el marcador en 17-21. Llegamos al último y decisivo cuarto, a falta de 13:08 la pareja Aaron-Nelson volvió a conectar una gran jugada que les dejo a las puertas de la línea de goal, que finalmente se transformó en 6 puntos con el segundo pase de touchdown a G.Jennings. A falta de 7:34, los Steelers se metieron en el partido con un pase de 25 yardas para Mike Wallace. Pese al tiempo que quedaba por delante no fue suficiente para materializar la remontada, finalmente una patada de 23 yardas dejó el marcador en 25- 31.
Esa noche fue la única final que he visto llegar a los Steelers, pero no la única que he visto. La magia de internet me ha dejado verlos levantar la Vince Lombardi en 6 ocasiones. A raíz de ese partido, el año siguiente me metí mucho más en la NFL, empecé a jugar mis primeras ligas fantasy. En mi casa apareció el milagro de movistar, con un número de partidos que pensaba que era suficiente para mi como aficionado, viendo todas las Super Bowl, grabando los partidos y siguiendo todo aquello que estuviera relacionado con la NFL. Obviamente llego un día que conocí algo llamado Game Pass, desde ese año abandoné el fútbol europeo por completo, convirtiéndose el football americano en mi deporte único y principal. He tenido la suerte de ver a Antonio Brown y Le´veon Bell en su mejor estado de forma, cuando el ataque de los Steelers era el más temido de la NFL. También me he llevado decepciones con esos dos mismos jugadores. Como español es un orgullo contar en mi equipo con alguien del nivel profesional y personal que demuestra siempre Alejandro Villanueva. Lloré el día que vi volver a andar a Ryan Shazier leyendo el pick de los Steelers en el draft. El confinamiento me ha llevado a escribir sobre de este deporte para una web, crear un podcast y conocer al gran Cedric Molina. Hoy tengo la suerte de escribir este articulo para esta web de referencia para cualquier acerero en España. ¡HERE WE GO!