Si retrocedemos un año en el tiempo, toda la Steelers Nation estaba entusiasmada con una nueva temporada, esperando éxitos en el plano deportivo. Habíamos dejado atrás los problemas de egos, y con Antonio Brown y Le’veon Bell fuera del equipo, un mar de calma inundaba a toda la organización.
Roethlisberger llegaba a la primera semana con su crédito totalmente intacto y con la esperanza de demostrar ante los Patriots, que el equipo estaba preparado para competir contra cualquiera. La realidad fue dolorosamente distinta, y salimos de Foxborough con una derrota terrible (3-33).
La siguiente semana acabaría la temporada para el bueno de Big Ben, en la derrota contra Seahawks. Una nueva decepción que al menos nos dejó buenas sensaciones en defensa. A partir de ahí, el ataque quedó en manos de Mason Rudolph y Devin Hodges. Que alternaron buenos momentos, con otros horribles.
La temporada acabó maquillada por grandes actuaciones defensivas, pero habíamos aprendido la lección, sin un QB de garantías, es muy difícil alcanzar cotas altas, aunque tengas la mejor defensa de la liga. Otros equipos habían optado por tener a QBs experimentados en el banquillo, un coste más alto, pero que es un salvavidas en caso de lesión del QB titular, y les funcionó.
Volvemos al presente, y la Steelers Nation está entusiasmada de nuevo con una nueva temporada exitosa en el plano deportivo… Pero seguimos con el mismo grupo de QBs que arruinaron la temporada pasada. Colbert no ha firmado, de momento, a ninguno de los QBs de entidad que había en la agencia libre, y que han ido recalando en los banquillos de distintos equipos con contratos a la baja.
En mi opinión, se trata de un error. Roethlisberger puede estar sano, pero lleva sin jugar mucho tiempo, y cuando lo hizo el año pasado, no marcó la diferencia como nos tiene acostumbrados. Ojalá me equivoque, pero está muy cerca del final de su exitosa carrera y una nueva lesión podría acelerar ese momento. Rudolph y Hodges son QBs que están muy verdes, y que tienen un techo muy bajo. La temporada entera depende de la salud de un QB de 38 años. Es como jugar a la ruleta rusa con las aspiraciones del equipo. Si todo sale como está previsto, todo será fantástico y podré romper esta nota, pero ¿Cuándo sale todo como estaba previsto en la NFL?.