A pesar de que la imagen pueda hacer pensar lo contrario, el pavo, la salsa de arándanos y el pan de maíz nunca le han sentado bien a los Steelers. Antes del partido de este jueves frente a Ravens, la franquicia acerera habrá disputado ocho partidos el Día de Acción de Gracias, ganando únicamente dos de esos duelos, con derrotas muy dolorosas tanto cuantitativa como cualitativamente.
Aun se les conocía como Pirates la primera vez que comparecieron el día que los puritanos de origen británico daban gracias a Dios por las buenas cosechas y lo hicieron en plena invasión nazi de Polonia en el Municipal de Filadelfia, ante los Eagles de Bert Bell, perdiendo por un ajustado 17 a 14. Dispusieron no obstante de revancha al año siguiente, ya como Steelers, esta vez en el maravilloso Shibe Park y ante apenas 4000 ateridos espectadores que vieron ganar a su equipo, esta vez por 7-0.
![The Pittsburgh Pirates of the NFL: a history on the Browns' Week 8 opponent - Dawgs By Nature](https://cortinadeacero.es/wp-content/uploads/2020/11/cancio-1.jpg)
Habría que esperar una década para asistir a la primera victoria de los Steelers en el célebre último jueves de noviembre, y ante un rival de rancio abolengo: nada menos que los Cards de Chicago dirigidos por el mítico Curly Lambeau en el viejo Comiskey Park, The Baseball Palace of the World, con una brillante actuación del running back Joe Geri, que ayudó a la victoria de Pittsburgh por 28 a 17.
![Pittsburgh Steelers vs. Chicago Cardinals, 1958 | Steelers, Cardinals, Professional football teams](https://cortinadeacero.es/wp-content/uploads/2020/11/cancio-2-1.jpg)
Y llegamos a 1983. Agárrense que vienen curvas. Los Steelers de 1983 habían jugado toda la temporada sin Terry Bradshaw, y a pesar de eso, Cliff Stoudt junto con una solvente defensiva, le había dado al equipo un récord de 9-3 y el mando de la División Central de la AFC de cara al partido del Día de Acción de Gracias, que en esa ocasión les enfrentaba a un clásico como Detroit, que acudía al duelo con un balance de 6-6. Stoudt fue tetrainterceptado y Mark Malone se apuntó un quinto turnover, mientras que un decadente Franco Harris corría para unas paupérrimas 16 yardas, las mismas que un gris Abercrombie. Mientras tanto, Bill Sims parecía una fusión genética entre Jim Brown y Barry Sanders y Eric Hipple era la reencarnación michigana de Johnny Unitas. Thankskilling? Poultrygeist? No. La Masacre del Día de Acción de Gracias estaba servida, 45 a 3 en la peor derrota de los Steelers en 36 años.
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En 1991 los Steelers aun mantenían una sólida defensa liderada por jugadores como Rod Woodson, Greg Lloyd y Carnell Lake. Pero si en la década de 2010 la franquicia sufrió la coordinación ofensiva de una Todd Haley, Joe Walton fue el disolvente de Chuck Noll en los noventa. En el Texas Stadium, aquel 28 de noviembre la defensa mantuvo a raya el salvaje poder anotador de Smith e Irvin en 13 puntos hasta finales del tercer cuarto, cuando Warren Williams redujo el marcador a tres. Sin embargo, la unidad ofensiva dirigida desde la banda por Joe Walton e interpretada sobre el emparrillado por Neil O’Donnell fue incapaz de sumar más de 199 yardas, insuficientes para vencer a los de Jimmy Johnson, que se llevaron el partido por 20 a 10, cimentándose una verdadera Thanksgiving Curse.
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De nuevo Detroit y otra vez un 26 de noviembre ¿Qué podía salir mal? Los Steelers de 1998 habían tenido altibajos, con un brillante, pero irregular Kordell Stewart, que se compensaba con el poder arrollador de un Bettis, la magia que ya anunciaba Ward, y big plays defensivas a cargo de Kirkland y Holmes. Las condiciones para afrontar aquel partido eran inmejorables, viniendo de ganar en casa sobre el líder de la división, Jacksonville Jaguars, presentándose en MotorTown con un récord de 7-4. Incluso los padres de Jerome Bettis invitaron a todo el equipo a la cena de Acción de Gracias la noche anterior. Madre mía que cenizos.
En el tercer cuarto los acereros lograron abrir una ventaja de 13-3, sin embargo, tras anotar los Lions casi al final del periodo un field goal, Charlie Batch (sí, nuestro Charlie), conecta con Herman Moore y empata el partido. A falta de dos minutos Hanson patea nuevamente para Detroit, que toman una ventaja de tres tantos, neutralizada a falta de cuatro segundos por otro field goal a cargo de Norm Johnson. Overtime.
Carnell Lake y Jerome Bettis se acercan al centro del campo, y piden cruz, la moneda vuela y cae sobre el astroturf en cruz, pero el árbitro Phil Luckett le da el balón a los Lions, con dos cojones, mientras los capitanes de Detroit porfiaban por contener la risa ante la incredulidad de Bettis, que insiste en que él pidió cruz. O el referee estaba sordo o Bettis se le trabó la lengua. Tras la Masacre del Día de Acción de Gracias, el Coin Flip del Día de Acción de Gracias…
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Cuando ya parecía imposible que a los Steelers les pasara algo más en un Thanksgiving Day, aun restaba el petardo final. Y acaeció un desgraciado 28 de noviembre de 2013, cuando Tomlin nos abochornó a todos jugando a ser el Bilardo del Allengheny. Me resulta tan embarazoso referirme a ese intento de obstaculizar el formidable retorno de Jacoby Jones que solo diré que, sí, naturalmente, se perdió ante Ravens por un doblemente doloroso 22 a 20 en el M&T Bank.
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Pero no hay mal que sesenta y seis años dure y en 2016, por fin rompieron una racha perdedora en el Día de Acción de Gracias con una convincente victoria sobre los Indianapolis Colts en el Lucas Oil Stadium. La santísima trinidad black and gold -Ben Roethlisberger, Le’Veon Bell y Antonio Brown- condujo al equipo a una rápida ventaja de 14 puntos en el primer cuarto. Indianapolis anotaría un touchdown al principio del segundo cuarto para reducir la ventaja de los Steelers a siete, pero éstos anotarían antes de la mitad, antes de poner partido fuera de su alcance en el último cuarto con otro touchdown de Antonio Brown. Si bien las Killer Bees estaban en buena forma esa noche, también la recordará Ladarius Green, quien gozó de sus 15 minutos de fama al preparar el tercer y cuarto touchdown de Pittsburgh con recepciones de 32 y 35 yardas, respectivamente.
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Con estos antecedentes, entenderán que no espere mucho del partido del jueves frente a Baltimore y de mil amores firmo perder esta inquietante imbatibilidad pues, como bien nos ha recordado Big Ben, los Steelers coleccionan Lombardis no Perfect Seasons. Lo único que no podría soportar es otro baile de la yenka de Tomlin.
Happy Thanksgiving and Here we go!
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