Después de un proceso previo al draft que, sin combine de por medio, se hizo eterno, y tras el bombardeo incesante de mocks draft y análisis de jugadores, por fin llegó el día y tenemos sobre la mesa el draft 2021 con los chicos que ha elegido el staff de Steelers para que nos ayuden a conseguir los objetivos la temporada que viene.
Ahora viene el turno de las calificaciones, un ejercicio fútil que por lo general no sirve de nada, ya que no creo que existan analistas de la NFL con poderes adivinatorios. De lo único que podemos hablar es de sensaciones, de gustos. Y en ese sentido, el pick de Steelers que se lleva mi A+, fue el último.
Cuando todos los seguidores del draft estaban con bostezos, totalmente agotados, y sin más interés que conocer quién sería el Mr. Irrelevant y descansar por fin. En ese justo momento de aburrimiento colectivo, saltó una noticia que hizo sonreír a todos al unísono, en especial a los aficionados acereros. Con el pick nº 254 del draft de 2021, los Steelers seleccionaron al punter Pressley Harvin III de Georgia Tech. Y de repente, todo saltó por los aires, y los Steelers pasaron a la primera plana. Por un momento, se olvidó que no habían escogido línea ofensiva hasta la tercera ronda, que habían dado una cuarta ronda por subir a por no sé quién. Todo eclipsado por Harvin, que se convirtió de manera inmediata en el favorito de la afición acerera.
Pressley Harvin III es un punter fabuloso, de cuerpo ancho y unas piernas enormes. Mide 1,80 m y pesa cerca de 120 kg. Se trató del único punter drafteado en Cleveland, y con razón, porque es muy bueno.
Para empezar, ganó el premio Ray Guy, un honor reservado para el mejor punter del football universitario, siendo el primer afroamericano en ganarlo tras 21 años de historia del galardón. Promedió 48 yardas en 45 despejes, 18 de los cuales acabaron dentro de la línea de 20 yardas. Fue un All-American del primer equipo de manera unánime.
Harvin es brutal, y con su físico bien podría jugar en otras posiciones. Además, tiene un brazo potente, como demostraría en un partido contra Miami en 2019, cuando ejecutó un fake punt, lanzando un pase profundo que voló unas 40 yardas hasta las manos de un receptor de los Yellow Jackets que lo terminó de llevar a la zona de anotación, y que serviría para ganar el partido.
Se trata de un arma más que podrá explotar en la NFL, siempre que Mike Tomlin tenga las narices de intentarlo. El chico está trabajando mucho, y cada año mejora sustancialmente. Se impuso un plan de entrenamiento durísimo que ha dado sus frutos, ha perdido más de 20 libras en los últimos meses y la musculatura que luce actualmente así lo demuestra.
“Los punters también son personas”, bramó Harvin a los periodistas. Y no le falta razón.