Admiro a Mike Tomlin, lo admito. Lo admiro como se admira al ciclista gregario de lujo, al Sherpa que sonríe mientras otros coronan la cima, o al corredor que tropieza, pero se levanta para cruzar la meta cojeando. Lo admiro, porque aunque con un equipo top sea cuarto, luego con equipos dudosos consigue ser decimosexto. Ese es el algoritmo de Tomlin, acabar entre el decimosexto y el cuarto.
Mike nunca saca menos de ocho victorias, ¿no es eso acaso más difícil que ganar la Superbowl?. Ganar la Superbowl es complejo, pero el ya ha demostrado que puede ganar una, ganó una hace catorce años. Catorce años. ¿Como se puede aguantar tanto al frente de un equipo?. Cuando Steve Jobs presentó el iPhone, el ya estaba. Cuando nació el Bitcoin o reventó la burbuja inmobiliaria, Mike era HC de los Steelers. ¿Como lo ha hecho? Con un manual. Quizá ese libro sea casi tan preciado como el almanaque deportivo que recuperó Marty McFly. No en vano ese libro aporta millones a su poseedor y ha cambiado la historia de los Steelers.
Hoy voy a revelar el secreto de Mike Tomlin, si, voy a públicar los secretos de ese preciado, «Manual de supervivencia para ser Head Coach en la NFL». Empezamos:
- Invita a barbacoas a tu QB estrella, hazle masajes en el cuello y por supuesto, déjale dirigir el equipo que no se enfade, lo importante no es el equipo. Si tu estrella quiere tirarse hasta las zapatillas, adelante. La culpa no es tuya, acaso lanzas o recibes el pase. ¿Vas a molestarle? ¿Sabes cuanto dura en un banquillo, un head coach al que repudia su QB titular?. La cabeza esta para algo más que apoyarla en la almohada.
- Siempre que una decisión arbitral te perjudique o el público se exalte, tira un pañuelo rojo. SIEMPRE. Porque el público es soberano y denotas liderazgo, que sea absurdo hacerlo o no que lo decidirán los árbitros, la prensa o Twitter. Tu déjate ver. Si señor, hay un entrenador en la banda.
- Despide a quien pueda hacerte sombra. Si notas que tu coordinador ofensivo o defensivo son mejores que tu, despídelos. Da igual que puedan aportar grandes ideas y formar un gran equipo el día de mañana. Podrían quitarte el pan y ocho victorias bastan, concéntrate.
- Maneja el vestuario con habilidades sociales. Si un jugador se desmanda, espera, se paciente y no hagas nada. Cuando el tiempo o otro lo solucione, dirán que eres un gran gestor de grupos, aunque no hallas hecho nada. Esto funciona aunque parezca increíble, por eso el ego es tu peor enemigo. Por eso tomar una decisión es además de arriesgado, correr el peligro de equivocarse, cosa que a la larga podría provocar que tus hijos tengan que cambiar de colegio, casa y amigos. Déjalo que fluya, no te mojes. Este punto aún se explica y se extiende más con el quinto, que dice…
- Nunca tomes una decisión valiente que afecte a tu futuro. Nunca. A veces tomar una decisión arriesgada puede hacer que llegues más lejos en play-offs, pero, si sale mal el resultado puede ser devastador para tu imagen. Pierde con clase. Mira tu casillero, ahí ya hay más de ocho victorias. Se inteligente.
- Da igual que tu OC sea un genio, si le cae mal a tu QB franquicia. Si su libro de jugadas le quita protagonismo, obligándolo a jugar de una forma óptima y esto a el le incómoda, pon un espantapájaros en la banda si hace falta. Recuerda el primer punto del manual, no es el primer punto por casualidad.
- El último pero no menos importante, aunque parezca una tontería es: «Queda bien». Siempre tienes que quedar bien. Las ruedas de prensa son para quedar bien. Las decisiones son para quedar bien. Siempre hay alguien a quien tirar la culpa en un organigrama tan grande como un equipo de NFL. Da igual la táctica, esa la crean el OC y el HC. Si el vestuario es un polvorín, son los jugadores que están endiosados, son estrellas y/o reciben muchos golpes en la cabeza. Si el equipo es malo, lo forma el director técnico. Si es bueno (es el punto más complicado para ti, pero se paciente, algo habrá donde guarecerse) habrá una decisión arbitral dudosa, una jugada mal ejecutada… Esta es la peor de las suertes pero se puede salvar, confía, cae bien. Queda bien.
Este es el secreto. Así año tras año, Mike está en la banda de Steelers paseando tranquilo como la Pantera Rosa, como Andy Dufresne paseaba por el patio de la prisión de Shanshank.
Siempre cabe la posibilidad de cambiar de entrenador y perder esas ocho victorias fijas, pero… Y si se consiguen seis o siete? No, no. Yo me quedo como estoy. Viva el rey! Larga vida al rey!.