Pido disculpas por adelantado por lo que vais a leer a continuación. Se trata tan sólo de elucubraciones mías después de un día muy largo de trabajo, así que no me lo tengáis en cuenta.
No se me quita de la cabeza una idea loca, una carambola imposible, una visión del futuro de la franquicia tan rocambolesca que ningún vidente, de los de bola de cristal y poca vergüenza, podría inventarse.
Antes de dejaros aquí mi profecía (¡ojo! nací un 14 de diciembre, como Nostradamus). Situemos al equipo en la actualidad.
La temporada pasada se hizo el mejor arranque de la historia de la franquicia, después de la vuelta de Roethlisberger tras una lesión, y sin pretemporada. Después de un par de lesiones que lastraron una defensa imperial, el equipo se desvaneció en el último cuarto de la temporada. El juego de carrera fue inexistente, y a pesar de que casi ganamos a los Browns jugando con los suplentes, nos vencieron en playoffs tras un par de errores estrepitosos y que a la postre fueron insalvables.
Ya no está Big Ben para muchos milagros. Tras este final tan amargo, todo lo bueno de la temporada pasada pasa a un segundo plano. Además, la línea ofensiva ha desaparecido, dejando grandes incógnitas, y relegando al equipo al fondo de la clasificación en todos los power ranking.
Y no sólo eso, ya se dice que estamos muy por debajo de Browns y Ravens, e incluso que los Bengals nos relegarán a la última posición de la AFC Norte.
Ninguneados, defenestrados, pero con grandes sonrisas de Colbert y Tomlin tras un draft que fue muy criticado por todo aquel que se haga llamar experto en esto de la NFL. Dejamos de fortalecer la línea ofensiva en las dos primeras rondas para, en su lugar, traer fuegos artificiales.
Este es el panorama actual, y según muchos analistas, nos llega una temporada de dolor y humillación.
La profecía
¿Qué harías si tu línea ofensiva fuese la nº 31 de la NFL? La respuesta es fácil: echas al entrenador de línea ofensiva, echas al coordinador ofensivo, echas a jugadores, al que corta el césped y a quien haga falta. Pues bien, cuando dejamos que se vayan Villanueva y Feiler, mal. Cuando se retira Pouncey, mal. Cuando DeCastro es cortado, mal.
Entonces, parafraseando a Toshack, lo que tenemos que hacer es “poner a los mismos cabrones de siempre”. Tengo la extraña sensación de que nos estamos equivocando, y aquí nadie estará de acuerdo conmigo, lo entiendo. En la línea de steelers de 2020, lo que había eran tíos muy viejos, muy cargados de partidos y que estaban a las puertas del retiro. Pro Bowlers que lo han dado todo, y que se merecen los mejores homenajes, pero que ya no están para muchos trotes. ¿Porqué la línea de Steelers 2021 será peor? Aquí los que juegan a ser Nostradamus son los “expertos” que han criticado sin piedad la necesaria demolición de la… trigésimo primera línea ofensiva de la liga. Hay nuevo entrenador de línea, hay chicos con muy buena pinta, hay juventud, hay fuerza, hay movilidad, hay ganas, hay un nuevo coordinador ofensivo. Dejémosles trabajar, y no les demos el título de peor línea que en 2020 sin que hayan podido demostrarlo en el emparrillado. Mi primera profecía es que la línea, que no son sordos, y estarán jodidos, van a reivindicarse, y lo van a hacer muy bien, o al menos, lo suficientemente bien como para que Najee Harris destroce las estadísticas del año pasado.
Mi siguiente profecía es que Mike Tomlin, por fin obtendrá reconocimiento de todo el mundo NFL. Boom! Si hay algo que parece que Tomlin hace bien, o al menos, es la sensación que da de cara al exterior, es manejar personalidades difíciles. Los casos de Antonio Brown y Le’veon Bell, que han tirado sus carreras a la basura tras irse lejos del Allegheny, no han hecho sino un favor a la reputación del coach Tomlin. Ya se habló muy bien de Tomlin cuando, en 2019, tras la lesión de Roethlisberger, supo reaccionar y salvar la temporada dignamente, aunque no fue suficiente para clasificarse para playoffs y otorgarle el premio de entrenador del año. Pues bien, tengo la certeza de que Big Ben tendrá que ser sustituido durante la temporada, y aquí viene lo disparatado, creo que Dwayne Haskins le dará a Tomlin la gloria.
Veo a Mike, pensativo, sopesando todas las opciones y entregando el mando del equipo al chico que no ha demostrado nada en la NFL, al que echaron de Washington por malo y fiestero. Como cuando La Comunidad del Anillo, plagada de Elfos, Enanos, Humanos y Magos, le entregó el anillo a un Hobbit de La Comarca para que lo llevase al Monte del Destino. Con dos cojones Gandalf… digo, Tomlin!.
Veo a Haskins agarrarse como un lapa a su última oportunidad en la NFL, y tirando del talento que tuvo en 2018 cuando reventó la NCAA, le veo saltando la banca para salvar la temporada, y no sólo eso, postulándose como futuro de la franquicia y de paso, encumbrando a Tomlin hasta el olimpo.
En resumen, profetizo a Big Ben fuera, a la línea mejor de lo esperado, a Haskins de titular, a Tomlin triunfando. Eso es todo, me voy a dormir, que ha sido un día muy largo, y ya no me entra más cerveza…