Quiero empezar por su nombre, “Roman Wilson”, es poderoso y plagado de significado. Roman, de origen latino que significa guerrero romano. Y Wilson, hijo de William, de origen germánico: Willo = voluntad, deseo, amor, pasión; Hem = casco, protección. Por lo tanto, puede traducirse como «Protector Voluntarioso».
Como podrás leer a continuación, Roman ha hecho honor al significado de su nombre a lo largo de su vida.
Nació en Kihei, Hawaii, y desde muy pequeño fue espoleado por sus padres, hasta convertirse en un atleta destacado desde bien pequeño.
Su madre, Colleen Colegrove, fue una atleta estrella en St. Ignace High, donde estableció varios récords estatales, y no tardó en darse cuenta del potencial de su cachorro. A sabiendas de que le faltaba altura, centró sus esfuerzos en mejorar su velocidad, su gran arma. Utilizó sus contactos como atleta para conseguir la ayuda de un entrenador contrastado, David Kalamani, bombero en Maui y entrenador de atletismo para Nike. Ya no entrenaba a nadie, pero salió de su retiro para ayudar a Roman a mejorar su técnica. Varias veces por semana, Roman iba caminando hasta la estación de bomberos de Maui para entrenar con Kalamani, y pronto mejoró sus mecánicas y empezó a destacar en su equipo de football.
En octavo grado, el padre de un compañero de equipo que trabajaba en el instituto St. Louis, descubrió su potencial durante un partido y habló con sus padres para que lo inscribieran el siguiente curso. Su entrenador, Kalamani, respaldó la iniciativa, ya que cualquier jugador que destacaba o mejor dicho, que quería destacar, tenía que unirse a St. Louis. El dinero era un problema, ya que St. Louis es una escuela privada y además está en otra isla, por el contrario, tenían la suerte de que el padre de Roman, el Sr. Jeffrey Wilson, trabajaba para Hawaiian Airlines, y tenían el billete de avión gratuito para toda la familia.
En el verano previo a su primer año en su nuevo instituto, Wilson se levantaba a las 4 am todos los días, tomaba un vuelo a las 6 am a la isla de Oahu para practicar, asistía a clases de verano y volaba de regreso a casa. Para un chaval de su edad, este esfuerzo es brutal. Cuando comenzaron las clases, Wilson empezó a quedarse con un amigo que vivía en Oahu, pero eso no hizo que su viaje fuera menos agotador. Todavía tenía que levantarse a las 4 de la mañana y tomar un viaje de dos horas y media en autobús hasta la escuela.
El compromiso de sus padres fue más allá, y Jeffrey pidió el traslado a Oahu, donde compró una casa y así, en su segundo año de instituto, todo fue más fácil para el joven Roman.
Su entrenador siguió estando en contacto con él y le ayudó en lo que pudo para que siguiera mejorando su velocidad. Además, aprovechando los vuelos gratis con la aerolínea donde trabajaba su padre, Roman asistió a campamentos por todo el país, apadrinado por Kalamani, que seguía trabajando para Nike.
En este segundo año en St. Louis, Roman se ganó un puesto de titular y tuvo un gran año junior, pero no sería hasta el campamento regional que Nike organizó en Oakland en 2019, que atrajo la atención de la mayoría de las universidades del país. Allí, corrió las 40 yardas en 4,37 segundos. Cuando quitó en su móvil el modo avión al aterrizar en Hawaii, se encontró con una remesa de llamadas y mensajes de varias universidades ofreciéndole una beca. Un par de semanas después, ya eran 25 universidades las que le querían fichar, incluida Michigan.
¿Porqué Michigan? Además de lo obvio, se comprometió con ellos durante el tiempo en el que el coordinador ofensivo Josh Gattis promocionaba su concepto de “velocidad en el espacio” que se adaptaba a su estilo de juego a la perfección.
En su primer año con los Wolverines, el Covid-19 destrozó los planes de Roman Wilson, y de toda la humanidad. Y cuando se volvió a la normalidad, el juego de Michigan de 2021 cambió por completo y se enfocó en el juego de carrera.
Con ello ha tenido que vivir Roman, ya que la ofensiva de los Wolverines se ha mantenido fuertemente basada en carreras en cada una de las últimas dos temporadas bajo el mando de Sherrone Moore, pero Wilson no se ha quejado, incluso si no ha sido lo que imaginó cuando llegó a Ann Arbor.
No sólo estuvo presente en los momentos oportunos para que Michigan obtuviera el campeonato, sino que se sacrificó haciendo un gran trabajo bloqueando para colaborar en la solvencia del juego de carrera de su equipo.
No dudaron los Steelers en elegirlo en el draft de la NFL de 2024, con la selección nº 84. Encaja a la perfección en la que se presupone que será una ofensiva terrestre dirigida por Arthur Smith. El propio Smith opina que “Podías ver sus instintos en las cintas. Dio un paso adelante en los grandes momentos. También tenía una gran energía cuando lo conocí en persona, tiene versatilidad y muchos instintos”.
«Alea iacta est», pronunció Julio César al cruzar el río Rubicón, cuando fue consciente de que estaba tomando una decisión trascendental, una que tendría consecuencias irreversibles. Momento en el que César se dispuso a desafiar la autoridad establecida y comenzar una guerra civil, “la suerte está echada”. Su significado implica coraje, asumiendo riesgos y enfrentando las adversidades con valentía. «Alea iacta est» encarna la trayectoria personal de Roman y su familia tomando decisiones en las que el futuro es incierto y el camino parece difícil.
No ha sido fácil para Roman Wilson, ni para su familia. Pero han hecho un esfuerzo inhumano para llegar a donde están ahora. De momento, tiene mi admiración, y espero que tenga una frutífera carrera en la NFL. No hay duda de su capacidad de sacrificio y sé que no se rendirá hasta alcanzar sus metas.
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