Saludos amig@s de la Cortina de Acero, su podcast y mucho más de Steelers en castellano, soy Marcos (@puno_acero en X) desde el Norte de España para la mejor afición, en la mejor liga del mundo, la NFL (hacía mucho que no replicaba esta cabecera ya que no sentía el impulso de escribir, disertar o divagar sobre todo lo acaecido en este impasse.
Aprovecho la ocasión para brindar mí apoyo al aficionado acerero y espero estemos todos ya en la fase final del proceso de duelo, ya saben aquel que pasa por las fases de negación, ira, negociación, depresión y por ultimo aceptación y es que en confianza les digo que se sobrelleva mejor, pese a la pasión, saber que todo aquello que nos frustra y decepciona nunca pasará por nuestras manos y que no merece la pena tomárselo como algo personal sino como un ejercicio de aprendizaje y quizás, algún día, de evolución.
Acabó una temporada más para el equipo de Pittsburgh quedando en los registros para gracia y gloria de los años venideros y sí, una vez más, los Steelers caen derrotados en el primer partido de playoffs tras una temporada dónde increíblemente y ante la atónita incredulidad de muchos, fue capaz de adaptarse y sobreponerse a los notables cambios en su Staff ofensivo y por ende la implementación de un nuevo sistema, dos dudosos Quarterbacks en busca de reválida y en general, los nuevos integrantes del roster, tanto en agencia libre como en el draft (esto último, como en todo equipo de la competición), como decía, un equipo que supo sobreponerse para obtener su pase a los susodichos playoffs en la jornada 14, con 10 victorias y 3 derrotas, sea como fuere y a sabiendas de la falta de talento en muchas posiciones lo que importa muchas veces es el conjunto y Pittsburgh disfrazó sus carencias hasta dónde pudo (entre otras cosas por sus individualidades mas que por su conjunto como equipo), y es que, quedando una dura cuesta final en el calendario ante rivales contendientes pero con los deberes hechos ya, la ilusión y esperanza se desvanecieron en un mes y todo hacía augurar «el mismo final de película» que todo aficionado de Pittsburgh tiene grabado a fuego en sus retinas desde 2017. «Dictum, factumque…».
Evidentemente y con razón, pues está en su derecho, la afición clamó desde el anfiteatro…la retención de bilis puede conllevar problemas de salud incluso al propio ahogamiento y eso nunca es bueno, para evitarlo, antes uno se enfadaba y estoicamente lo superaba en soledad tratando de aprender con la mayor madurez posible, hoy en día existen y están las redes sociales para regurgitar toda frustración absorbida e incluso más, individualizando las responsabilidades, con Gladius en mano, cercenando toda aquella cabeza que se cruza por delante y oye, sirve para desahogar el nudo en la garganta de tan amargo trago, pero a fe que cada vez para muchos más aficionados, no basta para desatar o desatascar el que ahoga a esta franquicia.
Y es que, si abordamos la resolución de la pregunta al por qué del colapso de este equipo, disertando de forma objetiva, nos encontramos con tantos puntos a tratar que parece harto increíble el hecho de que este equipo lograra su clasificación tan temprana, desde el bajón de rendimiento personal y colectivo del roster, tanto en defensa como en ataque, hasta la falta de soluciones del staff al completo, y todo ello con una afición aparentemente cansada ya de la continua fe recalcitrante del Front office en un proyecto que lejos de agotarse, parece reiniciarse (y bloquearse) año a año, a pesar de los resultados y con todos ellos, seguimos cayendo cada temporada en un bucle infinito en post de la búsqueda del santo grial.
Si lo abordamos de forma subjetiva, nunca nos pararemos a analizar todos los hechos y detalles, además nos desprenderemos de la idea de que los demás quizás solo sean
mejores por estar en otra fase del proceso, observaremos que existe un nexo de unión a todo mal, un maldito tapón que hace que no se descorche el elixir de la victoria, un denominador común, digámoslo ya, Mike Tomlin.
Incluso y derivado del punto anterior, podríamos abordarlo de forma filosófica (hecho este, que me animó a osar plasmar un pensamiento en papel), como lo harían en la antigua Grecia, con sus disertaciones y análisis, teorizando de mil formas hasta tratar de encontrar la explicación al «por qué Tomlin». Hagamos el ejercicio, creo firmemente que los antiguos griegos describirían la situación de Pittsburgh a modo de metáfora cambiando los personajes históricos por los actuales, nos narrarían la leyenda de Gordias padre de Midas (aquel que todo lo que tocaba convertía en oro), un labrador que no teniendo más riqueza que su carro, una lanza y sus bueyes, se convirtió en rey, y es que cuenta la leyenda, que los frisios necesitaban un rey y fueron a consultar al Oráculo de turno, quien profetizó que aquel que entrara primero por la puerta del Este de la ciudad acompañado de un carro sería el nuevo rey de Frigia, y este fue el nombrado Gordias, quien, lejos de abrumarse, creó la ciudad de Gordio, como digo, en Frigia, capital de la antigua Anatolia, actual Turquía; y a modo de ofrenda entregó su carro y su lanza como homenaje a Zeus, pero y aquí esta la miga del asunto, para que nadie la robara la anudo con una cuerda que mandó hacer, de tal manera que dicho nudo no tuviera ni principio ni final, lo cual hacía meramente imposible que dicho nudo fuera desatado, forjando para la posteridad el concepto del «nudo gordiano» que describe “un problema complejo, de difícil solución”, vamos, lo que ocurre en Pittsburgh, lo que ocurre con Tomlin, nuestro nudo Gordiano…tuvo que llegar Alejandro Magno en el S.IV a C., quién ante la disyuntiva y viendo que no tenía solución decidió cortar por lo sano, esgrimiendo que cortar el nudo era como soltarlo y después de que “Zeus aprobara su decisión esa misma noche de cortar la cuerda por lo sano, con una tormenta eléctrica” (palabras del inteligente Alejandro), este conquistó Frigia y por ende el paso hacia Asia.
También podríamos hacerlo de forma irónica y tratar de instar a la afición a hacer un movimiento popular con manifestaciones por el North side, para pedir a Mr. Rooney un segundo Head Coach que entrará en liza solo en playoffs, ya que en la regular season la tendencia es claramente positiva y está tan cómodos con la situación. Pasaríamos de tener dos QBs repartiéndose el trabajo en el puesto, a tener dos Head coaches, uno para cada situación, ¿no quieren que seamos…menos tradicionales?.
Así pues y hasta la llegada de nuestro propio Alejandro Magno y sabiendo que el carro de los Steelers quedará atado a su nudo por dos años más, con el beneplácito del frigio Rooney, quedará seguir creciendo con el proceso de la construcción de un equipo que aspire a algo más y en parte queramos o no, es así. En un mundo que pareciera girar cada vez mas deprisa, donde prima el resultado inmediato, si hay una franquicia que no tiene prisa…son los Pittsburgh Steelers.
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