En Coupar Angus, una pequeña localidad situada al norte de Edimburgo, la vida no era nada fácil para el joven John Bain “Jock” Sutherland y su familia. La situación económica hizo que con tan sólo 18 años tuviera que emigrar a los Estados Unidos. Allí encontró acomodo en la próspera Sewickley, a las afueras de Pittsburgh. Pronto se sorprendió con la cantidad de trabajos que había disponibles para un joven con ganas de salir adelante. Alternó varios de esos trabajos temporales mientras acabó la escuela secundaria en la Academia Oberlin. En 1914 logró el acceso a la Universidad de Pittsburgh, en concreto a la facultad de Odontología.
En la Universidad de Pittsburgh, el equipo de Football llamó la atención de Jock, o mejor dicho, el tamaño de Jock llamó la atención del equipo de Football. Pronto destacó como un buen luchador y lanzador de martillo, por lo que le encontraron un sitio en el equipo en la posición de Guard. A pesar de no conocer el deporte de antemano, ya que practicó el soccer desde pequeño, no tardó en aprender lo básico de la mano del entrenador Joe Duff, que le hizo debutar contra Navy en el que sería el primer partido de Football que Jock había presenciado en su vida. Al sábado siguiente ya entraría como titular.
Pero fue con el sucesor de Duff, el legendario coach Pop Warner con quien John alcanzaría sus cotas más altas. Pitt logró 25 victorias consecutivas, todo un hito que consagró a Jock como uno de los mejores jugadores en su posición, merecedor por lo tanto de ser nombrado All-American. El imbatido equipo de Pitt para 1917 fue apodado con frecuencia como “The Fighting Dentists” porque la mayoría de los jugadores estaban estudiando odontología junto a Jock.
Tal fue el éxito de su equipo universitario que Jock tan sólo sufrió una derrota en todos los partidos en los que jugó, la cual llegó frente a Washington & Jefferson College.
En 1918, tras obtener su título de Doctor en ciencias dentales, se alistó en el ejercito y cumplió servicio como oficial durante la Primera Guerra Mundial. Fue en su periplo en el ejército, en el campamento Greenleaf (Fort Oglethorpe – GA), donde Jock entrenó por primera vez a un equipo de football, tras la marcha del entrenador Andrew W. Smith, que fue destinado al extranjero. El equipo de football de Camp Greenleaf de 1918 ganó todos sus partidos, e incluso se permitió el lujo de desafiar a Georgia Tech a un partido, pero Tech se negó, quizás por miedo a perder.
Con el final de la Guerra, Jock se decidió a abrir su propia clínica dental en Duquesne, Pennsylvania, pero su amor por el deporte le llevó a aceptar el cargo de entrenador en Lafayette College. Desde 1919 hasta 1923 los dirigió para un récord de 33-8-2, incluyendo una temporada perfecta en 1921. Siendo el primer título de la historia de los Leopards de Lafayette.
Cuando Pop Warner dejó su puesto en Pitt rumbo a Stanford después de la temporada de 1923, todos creyeron que Jock sería el sustituto ideal. Sin ir más lejos, logró derrotar un par de veces al que fuera su mentor. No tardó en aceptar el trabajo, además, le dieron un puesto de responsabilidad en la facultad de odontología.
Su primera temporada no resultó nada fácil y recibió algunas críticas por parte de la prensa local. Pero volvería al año siguiente con unos números que acallarían a sus detractores. Desde 1924 hasta 1938, estableció un récord de 111-20-12 que le convirtió en uno de los más reputados entrenadores del país. Con un estilo propio muy lejos del resto de sus coetáneos, jamás reprendía a sus jugadores durante el juego, y no levantaba la voz para dar una charla o motivar a los suyos. Durante su etapa en la Universidad de Pittsburgh logró siete campeonatos del este y cuatro de sus equipos terminaron el año imbatidos. Igualmente, cuatro veces viajaron a jugar el Rose Bowl, que tan sólo ganaría en una ocasión frente a Washington por 21-0. Una de las derrotas en el Rose Bowl se produjo ante Stanford, entrenado por su mentor, Pop Warner.
24 de sus jugadores fueron All-Americans. Reclutados en su mayoría en Pennsylvania, Ohio y Virginia. Se trataba de jugadores muy físicos.
El motivo por el que Jock dejó de entrenar en la Universidad de Pittsburgh fue que un nuevo rector, John Gabbert Bowman, retiró el apoyo institucional a los equipos deportivos, eliminando las becas deportivas, las “ayudas” a los atletas, y los fondos para el reclutamiento de jugadores. Una medida que fue muy criticada por los aficionados al football en Pittsburgh.
Jock no entrenó durante 1939, rechazando ofertas de Navy, Ohio State y Yale. Esperó a 1940 para firmar por un equipo profesional de football, los Dodgers de Brooklyn, que entrenados por Potsy Clark en 1939 obtuvieron un récord de 4-6-1.
Llegó e impuso rápidamente su método autoritario de trabajo. Con las rutinas impuestas por Jock, el equipo mejoró considerablemente y obtuvo un récord de 8-3, pero no fue suficiente para superar a los Redskins de Ray Flaherty. En 1941, un mal comienzo también les privó del título del este, a pesar de vencer en cinco de los últimos seis partidos.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Jock volvió a dejar de lado su amado football para llamar de nuevo a las puertas del ejército, siendo aceptado en la Marina, donde alcanzó el rango de Teniente Comandante.
Al regresar de la guerra, en 1946, firmó por el equipo profesional de su ciudad, los Pittsburgh Steelers, que eran una máquina de perder partidos. Jock logró convertir a un anárquico equipo de 2-8 en 1945 en uno de 5-5-1. El cambio fue evidente, y Art Rooney estaba entusiasmado, y le ofreció mucho más poder a Sutherland para imponer su forma de trabajo. La estrella del equipo, Bill Dudley, acabó la temporada muy enfadado con Jock, que le insistió en que jugase los últimos cuatro partidos de la temporada, a pesar de unas molestias que arrastraba Dudley. Lo cierto es que a Dudley no le gustaba acatar las estrictas normas impuestas por el nuevo entrenador.
Todo acabó con el traspaso de Dudley a Detroit, dejando al equipo sin ningún jugador estelar. Tal fue así, que el equipo de Pittsburgh de 1947 fue apodado “Starless Steelers”. Todo parecía en contra y sin embargo Jock logró la hazaña de un récord de 8-4, el segundo mejor récord de la liga ese año. Tenía la división Este prácticamente ganada, pero dos derrotas al final de la temporada forzaron un partido de desempate contra los Eagles. Se trató de la primera aparición del equipo en playoffs.
Días antes del partido, la plantilla lideró una rebelión en toda regla, pidiendo que se les pagara un plus por la semana extra de preparación para el partido. Sutherland estalló, y el enfado continuó hasta llegado el partido, que perdieron estrepitosamente por 21-0.
A pesar del final amargo, se trató de la mejor actuación en la historia del equipo hasta la fecha, y toda la organización y los aficionados estaban entusiasmados con la próxima temporada.
Jock Sutherland partiría en marzo de 1948 a su tradicional viaje anual de vacaciones y de exploración de jugadores. Después de visitar al entrenador Wallace Wade de Duke, el Dr. Sutherland se perdió de vista durante más de diez días. Nadie sabía donde estaba, y finalmente apareció en el pequeño pueblo de Bandanna (Kentucky), dentro de su coche y murmurando que había venido al sur a la boda de su hijo. El diagnostico del primer doctor que le examinó fue que sufría un agotamiento nervioso, pero de vuelta en Pittsburgh se le descubrieron dos tumores en el cerebro. Finalmente, el 11 de abril de 1948, Jock perdió la vida durante una intervención para intentar eliminar los tumores de su cabeza.
Toda la ciudad quedó traumatizada, por lo repentino de su enfermedad y muerte. Fueron miles de personas las que acudieron a su funeral. Un lluvioso 13 de abril, fue enterrado en el cementerio de Homewood, y los portadores de su ataúd, fueron ocho de los jugadores de Steelers de 1947, con los que tanto había discutido (Chuck Cherundolo, Bill Moore, Jack Wiley, Val Jansante, Ralph Calacagri, Charlie Mehelich, Steve Lach y John Mastrangelo).
Ese día todas las banderas de Pittsburgh ondearon a media asta en recuerdo del escocés silencioso.