Ahora que el movimiento “Black Lives Matter” ha alcanzado a todos los estratos de la sociedad norteamericana, muchos claman para que Bill Nunn, el legendario explorador de los Steelers, se convierta en la primera persona de color en ingresar en el Hall of Fame de la NFL como contribuidor.
Desde que se abriera la categoría de “contribuidor”, han sido incluidos en el HOF muchos propietarios, gerentes generales y comisionados, pero todavía ningún explorador.
William Goldwyn Nunn Jr. nació en el vecindario de Homewood en Pittsburgh, donde pasó su infancia y adolescencia hasta que fue a estudiar a la universidad de West Virginia State. Allí destacó como un gran jugador de baloncesto, en un equipo que barrió a todos sus competidores en su año senior. De hecho, su compañero de equipo, Chuck Cooper, se convertiría en el primer jugador de color reclutado por la NBA. Y otro compañero, Earl Lloyd, sería finalmente el primer jugador de color en jugar en la NBA.
Debido a su gran labor en la cancha de baloncesto, los Harlem Globetrotters intentaron reclutarlo, pero Bill, junto con su padre, el Sr. William G. Nunn Sr., decidieron que la mejor opción para su futuro era trabajar para The Pittsburgh Courier, donde Bill Nunn Sr. era el editor jefe.
Primero trabajó como escritor deportivo, luego de editor de la sección de deportes y finalmente de editor jefe de la publicación. En una época en la que el Courier era una de las publicaciones negras más influyentes en los Estados Unidos, con una tirada de 400,000 ejemplares y oficinas en Atlanta, Detroit, Los Ángeles, New York y Pittsburgh. Nunn se encargaba de escoger cada año a un equipo All-America Black College que publicaba en su periódico, y de organizar un banquete para dichos jugadores en la ciudad.
En 1952, su publicación All-America, puso a los Giants de Nueva York tras la pista del tackle, Roosevelt Brown, de Morgan State. Al que escogieron en el draft para convertirse en 1975 en el segundo tackle ofensivo en entrar en el Salón de la Fama. Ya en 1961, Nunn promocionó a David “Deacon” Jones de Mississippi Vocational College a los Rams de Los Ángeles, jugador que también llegó al HOF.
Nunn criticó al equipo de su ciudad por no prestar la suficiente atención a las colegios y universidades históricamente negros (HBCU). En lugar de rechazarlo o ignorarle, el equipo lo trajo.
La idea de contratar a un periodista para explorar jugadores universitarios para el equipo surgió del fundador Art Rooney y su hijo Dan, entonces presidente del equipo. Art Rooney era amigo del padre de Nunn, por lo que propuso su contratación. Esta idea no fue aprobada inicialmente por otro de los hijos, Art Rooney Jr., que dirigía el departamento de personal de jugadores en ese momento. “No quería contratarlo porque no quería que el Jefe me dijera lo que tenía que hacer”, dijo Art Rooney Jr., “pero el Jefe insistió muchísimo en que lo contratara. Así que lo traje para hablar con él, y tras diez minutos de conversación, me convenció, nos llevamos bien inmediatamente”.
“Comenzamos a hablar sobre las necesidades del equipo, y estuvimos de acuerdo en casi todo. Era un tipo excelente con el que trabajar”.
Nunn fue contratado a tiempo parcial en un primer momento, para más tarde ser contratado a tiempo completo cuando Chuck Noll se hizo con el cargo de entrenador en jefe. Y usó su ventajoso conocimiento sobre las universidades negras, y su buena relación con los entrenadores, para buscar jugadores que encajasen perfectamente con la filosofía de Noll, quien quería que sus exploradores encontraran jugadores atléticos y con una fuerte ética de trabajo.
Para el draft de 1974, Nunn consiguió una película de John Stallworth y todos se enamoraron de él. Tanto que Chuck Noll quería reclutarlo en la primera ronda. Finalmente se escogió a Lynn Swann porque jugó para una universidad de más nivel, y en segunda ronda el elegido fue Jack Lambert. Ese año no tuvieron elección de tercera ronda y pudieron conseguir a Stallworth en cuarta ronda, todo un robo del draft que pudo llevarse a cabo gracias al trabajo de Nunn.
Otro de los grandes logros de Bill Nunn fue encontrar a jugadores que no fueron escogidos en el draft. Trajo a Donnie Shell, que jugó en Carolina de Sur, y que pasó desapercibido para todo el mundo, excepto para él.
Antes de que el resto de los equipos de la NFL se diera cuenta de la gran cantidad de talento disponible en los programas de los Colegios Históricamente negros, Nunn ayudó a los Steelers a firmar a muchos jugadores que acabaron siendo claves en la consecución de las cuatro Super Bows de la década de 1970. Entre ellos figuran jugadores de la talla de LC Greenwood de Arkansas AM&N, Mel Blount de Southern, Frank Lewis de Grambling State, Dwight White de Texas A&M-Commerce, Ernie Holmes de Texas Southern, Joe Gilliam de Tennessee State, John Stallworth de Alabama A&M y Donnie Shell de South Carolina State.
Bill nos dejó en 2014, a la edad de 89 años, mientras ayudaba a preparar el draft, como cada año.
Nunn permaneció en el campo de entrenamiento todo el tiempo, de hecho, el banco en el que solía sentarse a observar ha sido conmemorado en su honor, y la sala de reclutamientos de los Steelers lleva su nombre. Pero para Nunn, que es 6 veces campeón del Super Bowl y participó en la adición al equipo de 15 miembros del HOF, el homenaje final es sin duda acompañar a sus jugadores en el Salón de la Fama. Y parece, que ahora sí, puede llegar su momento.